(1922-1999)

El 31 de marzo de 1999 murió en Moscú Yuri Valentinovich Knorozov, quien fuera el primer estudioso que comprobó el carácter logo-silábico de la escritura jeroglífica maya. Aunque sus investigaciones fueron ignoradas por un largo tiempo, proporcionaron las bases del desciframiento lingüístico de los jeroglíficos mayas.
Hijo de padres rusos, Knorozov nació el 19 de noviembre de 1922 (12.15.8.10.13.13 Ben 6 Sak), en Kharkov, Ucrania. Su carrera científica comenzó en la Universidad Moscú, en donde se interesó en los estudios de "civilizaciones antiguas", centrándose en el Antiguo Egipto, China y la India. Sin embargo, interrumpió sus estudios en la Segunda Guerra Mundial, cuando se sumó al 580 Batallón de Artillería Pesada. Knorozov fue de los primeros soldados aliados que entraron a Berlín en mayo de 1945. Al encontrar la Biblioteca Nacional en llamas, el joven soldado rescató algunos libros de su interés particular, entre ellos, uno de Villacorta, así como la edición de un volumen del mismo autor de tres códices mayas y la Relación de las Cosas de Yucatán, de Diego de Landa. Al regresar a la Unión Soviética, Sergei Aleksandrovich Tokarev, profesor de Knorozov, propuso que este joven, familiarizado ya en el estudio de otros antiguos sistemas de escritura, intentara descifrar la escritura maya. Así, escribió su disertación de Philosophy Doctor acerca de la Relación de Landa, la cual llegó a ser la clave en sus futuros acercamientos en la labor del desciframiento.
Aplicando el análisis sistemático estructural de las escenas que aparecen en el Códice Dresden, Knorozov estableció que el "alfabeto jeroglífico" contenido en el estudio de Landa de hecho era un silabario mal com-prendido. En 1952 publicó sus primeros desciframientos de los glifos del Códice Dresden, tales como tzul para perro, kutz para pavo salvaje y buluk para el número once. Knorozov demostró que las palabras mayas usualmente se deletreaban con la combinación de dos sílabas consonantes-vocales, y que la vocal de la última sílaba se eliminaba. De esta manera, la palabra tzul para perro se escribía tzu-lu. Aunque sus publicaciones se publicaron pronto en español e inglés, éstas no recibieron la merecida atención por parte de sus colegas del otro lado de la Cortina de Hierro. Sólo después de que unos pocos estudiosos como Michael Coe, David Kelley y Floyd Lounsbury defendieron el valor de los análisis de Knorozov, y que demostraron su efectividad en otros contextos, la labor de Knorozov fue completamente aceptada.
Entre los mesoamericanistas, pocos saben que Knorozov publicó numerosos trabajos acerca de sistemas de escritura de la civilización Harappa y de las tablillas de los Rongo Rongo en la Isla de Pascua. En 1990, Knorozov visitó algunos de los países que fueron la cuna de la escritura maya. Estuvo en Tikal y Uaxactún, junto con su asistente Galina Yershova. Pese a que Knorozov nunca tuvo un puesto como catedrático, plantó la semilla del interés por la escritura maya en muchos jóvenes estudiantes rusos. La creencia de Knorozov de que la escritura jeroglífica maya es un sistema descifrable basado en el lenguaje, le proporcionó la clave en todos sus posteriores desciframientos. Si existe una persona que rompió el código Maya, esa fue Yuri Knorozov.
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